jueves, 3 de septiembre de 2015

Tratamiento reparador POST-SOLAR

Rescate facial en 3 pasos…

Recupera la hidratación de la piel y prolonga el bronceado.

Reduce las pigmentaciones recientes y aporta uniformidad a la dermis. 

Repara el daño celular y activa la formación de nuevo colágeno.   

Recupera la hidratación de la piel y prolonga el bronceado

El tratamiento integral de ácido hialurónico facial “Massada”, consigue aportar los nutrientes necesarios que la piel necesita, logrando restablecer los niveles óptimos de hidratación gracias a la pureza de su principio activo de ácido hialurónico. 

Reduce las pigmentaciones recientes y aporta uniformidad a la dermis

El paso de los años y la exposición solar sin protección, provocan la aparición de manchas y áreas enrojecidas en la piel. Además, la desvitalización cutánea también se manifiesta con un adelgazamiento de la dermis y del tejido graso subcutáneo.

El foto-rejuvenecimiento con Luz Pulsada Intensa (IPL), es considerado un procedimiento básico en nuestra consulta. Sus indicaciones son tanto la zona facial, el cuello y el escote, como los brazos y las manos.

Tecnología utilizada principalmente para tratar la hiperpigmentación „en mota‟ (léntigos solares), las telangiectasias (venitas faciales y corporales) y el eritema difuso (cuperosis/ rosácea), a ciertas longitudes de onda, la IPL también estimula la síntesis de colágeno y elastina.

Repara el daño celular y activa la formación de nuevo colágeno

El rejuvenecimiento facial mediante la utilización de factores de crecimiento plaquetario, constituye un importante avance en medicina estética. Se basa en la regeneración, reparación y bioestimulación de los tejidos, mediante estimulación de los fibroblastos con Factores de Crecimiento Plaquetario. 

Los fibroblastos son células presentes en el tejido conjuntivo, las cuales son las responsables de la producción de colágeno y de ácido hialurónico, entre otros. Además son capaces de estimular a determinadas enzimas que intervienen en la antioxidación celular, teniendo efecto antioxidante.

“Siempre sana, Siempre perfecta”

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domingo, 18 de enero de 2015

Última novedad en medicina estética: "Blefaroplastia sin Cirugía"

Cirugía no ablativa con Plexr

Es la tecnología de cirugía dermatológica que permite pasar la materia de estado sólido a gaseoso sin pasar por el estado líquido, consiguiendo con ello que los tejidos sean tratados sin causar daño al tejido circundante.

Es un procedimiento no ablativo, rápido y seguro al que sigue un edema o inflamación transitoria y la aparición de mínimas costras de medio milímetro que se caen en los 3-7 días posteriores.


¿Pero qué es en realidad la Cirugía Plexr no Ablativa?

El PLEXR altera la estructura de la piel sobre la que actúa, produce una contracción directa de la piel por quemadura puntiforme controlada y el resultado se aprecia inmediatamente.
Consiste en sublimar el tejido tratado (piel sobrante) sin transferir calor a los tejidos circundantes ionizando el gas contenido en el aire para generar plasma (en Física se denomina plasma al cuarto estado de la materia, un estado fluido similar al gaseoso). Con esta técnica se evitan sangrados, lesiones post tratamiento y resuelve casos que con otras técnicas no son posibles.


Blefaropastia con Plexr

Hasta hoy, la única técnica para corregir los signos de envejecimiento en la mirada (caída de los párpados, bolsas,…) era la cirugía de los párpados o blefaroplastia. La tecnología Plexr puntiforme es una técnica dermatológica no invasiva, realizada por un médico especializado que consigue excelentes resultados, con retracción inmediata que se aprecia desde el primero momento.
Plexr está indicado para personas con exceso de piel en párpados, lo que da un aspecto cansado, triste o somnoliento y no quieren someterse a una intervención quirúrgica. El resultado estético es muy bueno y natural, la expresión del ojo no cambia, a diferencia de la cirugía y no existe cicatriz como ocurre con la Blefaroplastia quirúrgica.

Es una técnica que permite al médico ir diseñando la retracción palpebral de forma personalizada a medida que avanza el tratamiento, hasta conseguir el resultado deseado. Los resultados naturales y progresivos (sesión a sesión) son permanentes (relativos al envejecimiento cutáneo habitual con el paso de los años). El resultado se aprecia en una sola sesión, eliminando los signos de envejecimiento que evidencian el paso del tiempo en nuestra mirada sin necesidad de cirugía. El número de sesiones dependerá de la ptosis en párpado de cada paciente pero aproximadamente suele abarcar entre 1-3 sesiones.

Duración del tratamiento: 30 minutos


Precio: 525 €/ sesión

jueves, 30 de octubre de 2014

Radiofrecuencia, la primera elección en tratamientos faciales y corporales




La radiofrecuencia es una radiación electromagnética que se encuentra entre la radiación infrarroja y las ondas largas. Su campo terapéutico se sitúa en la Onda corta (40,68 MHZ) y su mecanismo de acción se basa en la transformación de la energía electromagnética en energía calórica a su paso por los tejidos.

La radiofrecuencia de alta frecuencia concentra su energía en el tejido subcutáneo graso. Esta mayor absorción de energía en el tejido graso se debe a su mayor resistencia al paso de las ondas de alta frecuencia, que es diez veces más resistente que la piel. La concentración de energía es directamente proporcional a la impedancia o resistencia de los tejidos. La radiofrecuencia de baja y media frecuencia concentra su energía a nivel subepidérmico.

Especial Aparatología. Existen muchas clases de radiofrecuencia, las más habituales son la unipolar, bipolar y tripolar. Sus distintos grados de penetración en la piel las hacen perfectas para distintos tratamientos. Conocer los efectos de cada una nos permitirá elegirlas correctamente y optimizar los resultados.

Recientes investigaciones han conseguido desplazar su uso al campo de la estética, al crear una tecnología capaz de entregar la energía de la radiofrecuencia selectivamente en la dermis profunda y en las capas subdérmicas mientras se protege la epidermis y, así, poder luchar contra la flacidez y la celulitis.

Efectos:
El efecto de la radiofrecuencia se llama diatermia o termoterapia en profundidad y se traduce en los siguientes resultados fisiológicos:
- Estimulación de la circulación sanguínea a nivel cutáneo, que mejora la calidad de la piel (textura de la piel).
- Estimulación del sistema linfático y arteriovenoso en el tejido graso, que disminuye el volumen corporal. Esto se traduce en las zonas de mayor edema, en movilización y drenaje de toxinas y fluidos, dando lugar a una reducción de volumen.
- Estimulación de la colagenogénesis (formación de colágeno) de la dermis, que mejora la piel de naranja, y de los septos fibrosos que se retraen, compactando aún más la piel y mejorando su firmeza.
- Tras la lesión térmica controlada con retracción del tejido hay una respuesta inflamatoria que se ve acompañada de migración de fibroblastos, lo cual refuerza aún más la estructura de colágeno, dando como resultado un rejuvenecimiento de la zona tratada.

Tipos de radiofrecuencia:
La clasificación más habitual de los tipos de radiofrecuencia incluye tres clases: unipolar, bipolar y tripolar. La bipolar actúa más superficialmente y se utiliza, sobre todo, para el tratamiento de la flacidez cutánea facial y corporal; la unipolar actúa a un nivel más profundo, en el tejido adiposo, y está indicada para el tratamiento de la celulitis; y la radiofrecuencia tripolar es la combinación de ambas utilizada para tratar la flacidez cutánea y la celulitis localizada. Por otro lado, existe la radiofrecuencia octipolar, que es un tipo de radiofrecuencia especial con 8 polos que combina radiofrecuencia con ondas magnéticas, lo que incrementa la formación de colágeno o elastina a la vez que mejora la circulación.

La elección, por parte de una esteticista, del tipo de radiofrecuencia dependerá de los tratamientos que quiera realizar. Lo más práctico es tener uno que combine varios tipos de radiofrecuencia que permita realizar tratamientos faciales y corporales.

Resultados con radiofrecuencia bipolar. La radiofrecuencia bipolar se utiliza más en el área facial, consiguiendo un rejuvenecimiento cutáneo dérmico al mejorar la flacidez cutánea. El efecto inmediato de la aplicación de radiofrecuencia es la retracción del colágeno, con más o menos rapidez según los casos. Sin embargo, lo que se pretende conseguir gradualmente es la reestructuración del colágeno profundo, lo que incluye que se formen fibras nuevas que sustituyan a las envejecidas y hagan los tejidos más elásticos, se favorezca la homeostasis y, en general, se mejore el estado de la piel eliminando de ella las huellas del paso del tiempo. Este proceso es más lento y, según los casos y dependiendo del estado en el que se encuentre el colágeno de la persona, se produce entre los dos y cuatro meses posteriores al tratamiento.

De hecho se han realizado estudios histológicos que demuestran cambios importantes en la remodelación del colágeno a partir de la sexta semana posterior a la aplicación de la radiofrecuencia.

Resultados con radiofrecuencia unipolar. La radiofrecuencia unipolar se utiliza sobre todo en zonas corporales porque, al actuar más en profundidad, consigue una piel más tersa, con mejoría del aspecto de la piel de naranja y una reducción del volumen de la zona. El procedimiento es sencillo. Previo a la sesión se toman fotos y se marca la zona con un rotulador quirúrgico. Posteriormente se aplica sobre la piel limpia un aceite y se aplica la energía, introduciéndola por medio de un cabezal de tratamiento que se mueve constantemente sobre la piel. La duración del tratamiento es variable dependiendo del área a tratar. Áreas pequeñas como los brazos suelen realizarse en 25 ó 30 minutos, mientras que en áreas más amplias el tratamiento puede prolongarse de 45 a 60 minutos. Una vez terminada la sesión se aplica gel de Aloe vera en las zonas tratadas y el paciente puede incorporarse a su vida cotidiana inmediatamente, evitando el sol y los UVA las siguientes 48 horas.

Se recomienda beber abundante agua tras la sesión, ya que ayudará al resultado final.
El número de sesiones necesarias es variable y va a depender del estado de cada paciente y el nivel de exigencia del mismo, pero se consideran necesarias entre 4 y 6 en facial, y entre 6 y 8 en tratamientos corporales. El procedimiento es bien tolerado y no precisa de anestesia. Se siente calor y, en personas con celulitis muy dolorosas, se puede sentir un poco de dolor a la fricción del cabezal en ciertas zonas.
Contraindicaciones. A pesar de ser un tratamiento muy seguro, produce algunos efectos secundarios que deben considerarse, como el enrojecimiento y la aparición de edema tras la sesión (son transitorios, pero presentes habitualmente), y alguna pequeña equimosis en zonas de fragilidad capilar (poco frecuente). En cuanto a las contraindicaciones,
destacan:
El embarazo y la lactancia.
Pacientes portadores de prótesis metálicas, marcapasos,
desfibriladores o cardioversores.
Cardiopatías graves.
Alteraciones de la coagulación.
Enfermedades neuromusculares y del tejido.
Cáncer.
Pacientes con sobrepeso importante.
Implantes recientes de colágeno.

En síntesis, consideramos la radiofrecuencia como una alternativa terapéutica eficaz, segura y sencilla con un amplio espectro terapéutico y escasas contraindicaciones. Los resultados son evidentes: consiguen un grado de satisfacción alto por parte de los pacientes. Es un método no ablativo, no invasivo y sin período de recuperación, por lo que se convierte en una técnica de elección en tratamientos faciales y corporales.

Dra. Eva Hidalgo y Dra. Cristina de las Heras

Co-directoras de H&H Medicina Estética

martes, 7 de octubre de 2014

Todo sobre el Pre y Post Operatorio



Frente a una operación de cirugía estética, los tratamientos estéticos previos y posteriores mejoran los resultados, facilitan la recuperación y, en general, suponen un beneficio para el bienestar del paciente. Cuando un paciente opta por someterse a una operación de cirugía estética, la colaboración entre su médico y su esteticista resulta esencial: preparar la piel y el cuerpo con anterioridad facilita la operación, y la recuperación siempre es más rápida y efectiva con los tratamientos adecuados. Te contamos cómo:


Blefaroplastia

La cirugía estética en los párpados consiste en extraer las bolsas de grasa en párpados inferiores y en corregir la caída de los párpados superiores debido al exceso de piel y a la laxitud del músculo, características que hacen parecer estar cansado, tener más edad, y que incluso puede interferir en la visión. Antes de realizar una blefaroplastia es conveniente garantizar la oxigenación tisular para lograr una correcta cicatrización. Es importante abandonar el hábito del tabaco, al menos, dos semanas antes para garantizar la perfecta vascularización de los tejidos, así como evitar el consumo las 4 semanas posteriores. Una vez realizada la intervención, es esencial la eliminación del edema para evitar que la piel pierda turgencia. Ya retirados los puntos de sutura a los 4 o 5 días, se realizan drenajes linfáticos manuales faciales, que nos van a ayudar a eliminar el líquido acumulado y la inflamación. Tres semanas después se inician masajes sobre la cicatriz en sentido trasversal para evitar la formación de fibrosis. Los drenajes ayudan a la eliminación del hematoma, con el objetivo de evitar la hiperpigmentación cutánea posterior.


Lifting facial

Esta técnica quirúrgica consiste en tensar los músculos faciales, eliminando el exceso de grasa y redistribuyendo la piel de la cara y el cuello. Está aconsejado en pacientes con laxitud en cara y cuello, pero cuya piel conserva cierta elasticidad. La colocación de las incisiones varía mucho según la estructura facial de cada paciente. Para preparar la piel antes de la intervención, son aconsejables tratamientos tópicos faciales con factores de crecimiento epidérmico, agentes hidratantes, estimulantes de la formación de colágeno y elastina y oxigenantes para garantizar la correcta cicatrización de la piel.

Asimismo, los masajes circulatorios son de gran ayuda para asegurar la llegada de nutrientes a la piel a través de los vasos sanguíneos. Es obligatorio eliminar el tabaco un mes antes, ya que fumar afecta al comportamiento de las plaquetas y complica la coagulación. Una vez realizada la cirugía es importante controlar el edema y los hematomas. El drenaje linfático manual es el tratamiento principal a aplicar durante las 2 o 3 primeras semanas, ya que ayuda a la cicatrización del tejido, disminuye las molestias postoperatorias y acelera la recuperación. Esta técnica debe aplicarse a razón de una sesión diaria durante los primeros siete días, para pasar a días alternos en la segunda semana y al menos dos veces por semana durante dos semanasmás. 
A partir de las seis u ocho semanas, podemos introducir técnicas de masaje para reducir la cicatriz, como el pinzado rodado, los pellizqueos o el masaje en zigzag, que incrementan la elasticidad de la piel y desfribrosan la zona. A partir del décimo día podemos optar por los ultrasonidos de baja intensidad y frecuencia media, que disminuyen la fibrosis, aumentan la permeabilidad de las membranas celulares, y reducen el dolor y la inflamación.



Liposucción o laserlipólisis

Es una técnica quirúrgica utilizada para eliminar depósitos de grasa localizados en determinadas zonas
del cuerpo, tales como abdomen, nalgas, caderas, muslos, rodillas, tobillos, brazos, cuello y mejillas.

Previamente a esta intervención es recomendable preparar el tejido dérmico y subdérmico, para lo que se aconseja adoptar una dieta proteica con la que perder el exceso de peso si fuera necesario. Para conseguir reducir los tabiques fibróticos entre los adipocitos, se aconseja también un tratamiento con terapia subdérmica mecanizada. Tras la intervención, es habitual la aparición de fibrosis, sobre todo en los puntos donde se introduce la cánula. Esta fibrosis puede ser debida tanto al edema como a la posible necrosis de grasa que no se haya llegado a extraer, o a la formación de túneles donde se organiza tejido cicatricial. Para la prevención de la fibrosis postquirúrgica conviene realizar drenaje linfático manual lo antes posible. Las sesiones pueden comenzar en el momento en el que el cirujano lo indique, aproximadamente a partir del cuarto o quinto día tras la intervención, aunque en ocasiones puede ser al día siguiente. Se recomiendan alrededor de 10 a 12 sesiones, diarias durante la primera semana y posteriormente una o dos veces por semana. El uso de ultrasonidos disminuye la inflamación

y la viscosidad del medio intersticial, por lo que, utilizados tras dos semanas de la intervención, ayudan a la reabsorción del edema y a disminuir la fibrosis y los hematomas. Además del drenaje linfático manual, la presoterapia es un buen complemento a utilizar a partir del segundo día si así lo autoriza el cirujano, preferiblemente con equipos que permitan regular la presión por segmentos y elegir programas adecuados a cada caso. Otras posibles herramientas son la endermología y masaje de fricción, que puede movilizar acúmulos grasos y fibrosis mientras no se movilice la piel en exceso durante las primeras semanas, y la radiofrecuencia dual, que se puede utilizar a partir del tercer mes para mejorar el aspecto externo de la piel del área tratada y para compactar el tejido dérmico estimulando la formación de colágeno y elastina.



Cirugía mamaria

La cirugía mamaria es la intervención más común entre las mujeres, ya sea una mamoplastia de aumento, una reducción mamaria o una pexia (levantamiento de pechos caídos). Sea cual sea su abordaje quirúrgico, se produce rotura de tejidos (glandulares, musculares y cutáneos) y alteración de la irrigación sanguínea tras la electrocoagulación de los pequeños vasos sangrantes durante la intervención.


Previamente a la cirugía se aconseja abandonar el hábito tabáquico, pues es muy importante la correcta oxigenación del tejido manipulado. Además, garantiza la correcta cicatrización no sólo de las estructuras internas, sino también de la piel, evitando dehiscencia de suturas, cicatrices anchas, etc. También es aconsejable preparar la piel con un tratamiento nutritivo en cabina. El tratamiento postoperatorio va encaminado a la reabsorción y evacuación del edema postquirúrgico, el cual se acumula alrededor de las mamas y provoca una tensión muy molesta para la paciente. Después de la cirugía, cuando el cirujano lo considere, se iniciará tratamiento con drenaje linfático manual, realizando finos movimientos en lugares muy concretos de la anatomía de la mama y de la axila. Con estos drenajes conseguiremos desaturar el sistema linfático de sustancias de desecho, así como favorecer la eliminación de los fármacos utilizados durante la cirugía. Podemos complementar con la técnica de inducción miofascial, de gran poder relajante que trabaja esencialmente sobre el tejido fascial mamario, tan importante para el movimiento de los músculos, los órganos y la piel: mediante una sincronización entre las manos del profesional y la respiración del paciente lograremos movilizar tejidos profundos, que ayudarán al correcto asentamiento de las prótesis mamarias y a la formación de una cápsula de calidad. También podemos utilizar el vendaje neuromuscular, que consiste en la colocación de unas cintas adhesivas con unas direcciones y tensiones muy delimitadas dependiendo de la zona del cuerpo que se quiera incidir, proporcionando una mejora del edema de las mamas, de las cicatrices, y del movimiento implante-músculo pectoral, tan importante para que el resultado sea natural.



Abdominoplastia

La cirugía del abdomen es un procedimiento quirúrgico complejo de reconstrucción de la pared abdominal, que consta de la eliminación del exceso de piel y grasa (dermolipectomía), reposición de los músculos rectos anteriores de la pared abdominal, cierre cutáneo a nivel infraabdominal y recolocación del ombligo. Se puede acompañar de la liposucción de los flancos. Antes de la cirugía se aconseja una preparación de 3 a 4 meses. En el caso de que haya sobrepeso, se pauta un tratamiento dietético personalizado, preferiblemente una dieta proteica, para reducir materia grasa. Es fundamental la reducción del hábito tabáquico, porque el consumo influye de forma negativa en la proceso de cicatrización. También conviene realizar un tratamiento reafirmante con radiofrecuencia corporal, logrando un aumento de la circulación de la zona que permitirá mejorar el metabolismo, aumentar la formación de nuevo colágeno, y disminuir líquidos y toxinas. El número de sesiones que se recomienda es de 4 o 5, con una pauta cada 15 o 20 días.

Se aconseja asimismo hidratar al máximo la piel del abdomen para favorecer así la cicatrización. Hoy en día ya no se entiende la abdominoplastia sin un tratamiento posterior de drenajes linfáticos, que pueden ser manuales o mecanizados. Se recomienda comenzar a los 15-20 días después de la cirugía, y realizar primero drenajes linfáticos manuales, debido a la inflamación y mayor sensibilidad de la zona que hay inmediatamente después de la cirugía. De esta manera se consigue la activación del líquido acumulado en los tejidos, mejorando así el edema y la inflamación posterior, y creando una sensación de bienestar gracias al efecto neurosedante de este tratamiento. Pasados dos meses se puede seguir con los drenajes manuales o pasar a la presoterapia, que realiza un drenaje linfático mecanizado mediante unas botas neumáticas que van realizando presión a diferentes niveles, consiguiendo también la eliminación del líquido acumulado. Para acelerar la cicatrización y mejorar el aspecto de las cicatrices, se recomienda un tratamiento tópico con cremas regenerantes-eestructurantes cutáneas hasta seis meses después de la cirugía.

Dra. Cristina de las Heras y Dra. Eva Hidalgo

Co-directoras de H&H Medicina Estética
http://www.hhmedicinaestetica.es/