jueves, 30 de octubre de 2014

Radiofrecuencia, la primera elección en tratamientos faciales y corporales




La radiofrecuencia es una radiación electromagnética que se encuentra entre la radiación infrarroja y las ondas largas. Su campo terapéutico se sitúa en la Onda corta (40,68 MHZ) y su mecanismo de acción se basa en la transformación de la energía electromagnética en energía calórica a su paso por los tejidos.

La radiofrecuencia de alta frecuencia concentra su energía en el tejido subcutáneo graso. Esta mayor absorción de energía en el tejido graso se debe a su mayor resistencia al paso de las ondas de alta frecuencia, que es diez veces más resistente que la piel. La concentración de energía es directamente proporcional a la impedancia o resistencia de los tejidos. La radiofrecuencia de baja y media frecuencia concentra su energía a nivel subepidérmico.

Especial Aparatología. Existen muchas clases de radiofrecuencia, las más habituales son la unipolar, bipolar y tripolar. Sus distintos grados de penetración en la piel las hacen perfectas para distintos tratamientos. Conocer los efectos de cada una nos permitirá elegirlas correctamente y optimizar los resultados.

Recientes investigaciones han conseguido desplazar su uso al campo de la estética, al crear una tecnología capaz de entregar la energía de la radiofrecuencia selectivamente en la dermis profunda y en las capas subdérmicas mientras se protege la epidermis y, así, poder luchar contra la flacidez y la celulitis.

Efectos:
El efecto de la radiofrecuencia se llama diatermia o termoterapia en profundidad y se traduce en los siguientes resultados fisiológicos:
- Estimulación de la circulación sanguínea a nivel cutáneo, que mejora la calidad de la piel (textura de la piel).
- Estimulación del sistema linfático y arteriovenoso en el tejido graso, que disminuye el volumen corporal. Esto se traduce en las zonas de mayor edema, en movilización y drenaje de toxinas y fluidos, dando lugar a una reducción de volumen.
- Estimulación de la colagenogénesis (formación de colágeno) de la dermis, que mejora la piel de naranja, y de los septos fibrosos que se retraen, compactando aún más la piel y mejorando su firmeza.
- Tras la lesión térmica controlada con retracción del tejido hay una respuesta inflamatoria que se ve acompañada de migración de fibroblastos, lo cual refuerza aún más la estructura de colágeno, dando como resultado un rejuvenecimiento de la zona tratada.

Tipos de radiofrecuencia:
La clasificación más habitual de los tipos de radiofrecuencia incluye tres clases: unipolar, bipolar y tripolar. La bipolar actúa más superficialmente y se utiliza, sobre todo, para el tratamiento de la flacidez cutánea facial y corporal; la unipolar actúa a un nivel más profundo, en el tejido adiposo, y está indicada para el tratamiento de la celulitis; y la radiofrecuencia tripolar es la combinación de ambas utilizada para tratar la flacidez cutánea y la celulitis localizada. Por otro lado, existe la radiofrecuencia octipolar, que es un tipo de radiofrecuencia especial con 8 polos que combina radiofrecuencia con ondas magnéticas, lo que incrementa la formación de colágeno o elastina a la vez que mejora la circulación.

La elección, por parte de una esteticista, del tipo de radiofrecuencia dependerá de los tratamientos que quiera realizar. Lo más práctico es tener uno que combine varios tipos de radiofrecuencia que permita realizar tratamientos faciales y corporales.

Resultados con radiofrecuencia bipolar. La radiofrecuencia bipolar se utiliza más en el área facial, consiguiendo un rejuvenecimiento cutáneo dérmico al mejorar la flacidez cutánea. El efecto inmediato de la aplicación de radiofrecuencia es la retracción del colágeno, con más o menos rapidez según los casos. Sin embargo, lo que se pretende conseguir gradualmente es la reestructuración del colágeno profundo, lo que incluye que se formen fibras nuevas que sustituyan a las envejecidas y hagan los tejidos más elásticos, se favorezca la homeostasis y, en general, se mejore el estado de la piel eliminando de ella las huellas del paso del tiempo. Este proceso es más lento y, según los casos y dependiendo del estado en el que se encuentre el colágeno de la persona, se produce entre los dos y cuatro meses posteriores al tratamiento.

De hecho se han realizado estudios histológicos que demuestran cambios importantes en la remodelación del colágeno a partir de la sexta semana posterior a la aplicación de la radiofrecuencia.

Resultados con radiofrecuencia unipolar. La radiofrecuencia unipolar se utiliza sobre todo en zonas corporales porque, al actuar más en profundidad, consigue una piel más tersa, con mejoría del aspecto de la piel de naranja y una reducción del volumen de la zona. El procedimiento es sencillo. Previo a la sesión se toman fotos y se marca la zona con un rotulador quirúrgico. Posteriormente se aplica sobre la piel limpia un aceite y se aplica la energía, introduciéndola por medio de un cabezal de tratamiento que se mueve constantemente sobre la piel. La duración del tratamiento es variable dependiendo del área a tratar. Áreas pequeñas como los brazos suelen realizarse en 25 ó 30 minutos, mientras que en áreas más amplias el tratamiento puede prolongarse de 45 a 60 minutos. Una vez terminada la sesión se aplica gel de Aloe vera en las zonas tratadas y el paciente puede incorporarse a su vida cotidiana inmediatamente, evitando el sol y los UVA las siguientes 48 horas.

Se recomienda beber abundante agua tras la sesión, ya que ayudará al resultado final.
El número de sesiones necesarias es variable y va a depender del estado de cada paciente y el nivel de exigencia del mismo, pero se consideran necesarias entre 4 y 6 en facial, y entre 6 y 8 en tratamientos corporales. El procedimiento es bien tolerado y no precisa de anestesia. Se siente calor y, en personas con celulitis muy dolorosas, se puede sentir un poco de dolor a la fricción del cabezal en ciertas zonas.
Contraindicaciones. A pesar de ser un tratamiento muy seguro, produce algunos efectos secundarios que deben considerarse, como el enrojecimiento y la aparición de edema tras la sesión (son transitorios, pero presentes habitualmente), y alguna pequeña equimosis en zonas de fragilidad capilar (poco frecuente). En cuanto a las contraindicaciones,
destacan:
El embarazo y la lactancia.
Pacientes portadores de prótesis metálicas, marcapasos,
desfibriladores o cardioversores.
Cardiopatías graves.
Alteraciones de la coagulación.
Enfermedades neuromusculares y del tejido.
Cáncer.
Pacientes con sobrepeso importante.
Implantes recientes de colágeno.

En síntesis, consideramos la radiofrecuencia como una alternativa terapéutica eficaz, segura y sencilla con un amplio espectro terapéutico y escasas contraindicaciones. Los resultados son evidentes: consiguen un grado de satisfacción alto por parte de los pacientes. Es un método no ablativo, no invasivo y sin período de recuperación, por lo que se convierte en una técnica de elección en tratamientos faciales y corporales.

Dra. Eva Hidalgo y Dra. Cristina de las Heras

Co-directoras de H&H Medicina Estética

martes, 7 de octubre de 2014

Todo sobre el Pre y Post Operatorio



Frente a una operación de cirugía estética, los tratamientos estéticos previos y posteriores mejoran los resultados, facilitan la recuperación y, en general, suponen un beneficio para el bienestar del paciente. Cuando un paciente opta por someterse a una operación de cirugía estética, la colaboración entre su médico y su esteticista resulta esencial: preparar la piel y el cuerpo con anterioridad facilita la operación, y la recuperación siempre es más rápida y efectiva con los tratamientos adecuados. Te contamos cómo:


Blefaroplastia

La cirugía estética en los párpados consiste en extraer las bolsas de grasa en párpados inferiores y en corregir la caída de los párpados superiores debido al exceso de piel y a la laxitud del músculo, características que hacen parecer estar cansado, tener más edad, y que incluso puede interferir en la visión. Antes de realizar una blefaroplastia es conveniente garantizar la oxigenación tisular para lograr una correcta cicatrización. Es importante abandonar el hábito del tabaco, al menos, dos semanas antes para garantizar la perfecta vascularización de los tejidos, así como evitar el consumo las 4 semanas posteriores. Una vez realizada la intervención, es esencial la eliminación del edema para evitar que la piel pierda turgencia. Ya retirados los puntos de sutura a los 4 o 5 días, se realizan drenajes linfáticos manuales faciales, que nos van a ayudar a eliminar el líquido acumulado y la inflamación. Tres semanas después se inician masajes sobre la cicatriz en sentido trasversal para evitar la formación de fibrosis. Los drenajes ayudan a la eliminación del hematoma, con el objetivo de evitar la hiperpigmentación cutánea posterior.


Lifting facial

Esta técnica quirúrgica consiste en tensar los músculos faciales, eliminando el exceso de grasa y redistribuyendo la piel de la cara y el cuello. Está aconsejado en pacientes con laxitud en cara y cuello, pero cuya piel conserva cierta elasticidad. La colocación de las incisiones varía mucho según la estructura facial de cada paciente. Para preparar la piel antes de la intervención, son aconsejables tratamientos tópicos faciales con factores de crecimiento epidérmico, agentes hidratantes, estimulantes de la formación de colágeno y elastina y oxigenantes para garantizar la correcta cicatrización de la piel.

Asimismo, los masajes circulatorios son de gran ayuda para asegurar la llegada de nutrientes a la piel a través de los vasos sanguíneos. Es obligatorio eliminar el tabaco un mes antes, ya que fumar afecta al comportamiento de las plaquetas y complica la coagulación. Una vez realizada la cirugía es importante controlar el edema y los hematomas. El drenaje linfático manual es el tratamiento principal a aplicar durante las 2 o 3 primeras semanas, ya que ayuda a la cicatrización del tejido, disminuye las molestias postoperatorias y acelera la recuperación. Esta técnica debe aplicarse a razón de una sesión diaria durante los primeros siete días, para pasar a días alternos en la segunda semana y al menos dos veces por semana durante dos semanasmás. 
A partir de las seis u ocho semanas, podemos introducir técnicas de masaje para reducir la cicatriz, como el pinzado rodado, los pellizqueos o el masaje en zigzag, que incrementan la elasticidad de la piel y desfribrosan la zona. A partir del décimo día podemos optar por los ultrasonidos de baja intensidad y frecuencia media, que disminuyen la fibrosis, aumentan la permeabilidad de las membranas celulares, y reducen el dolor y la inflamación.



Liposucción o laserlipólisis

Es una técnica quirúrgica utilizada para eliminar depósitos de grasa localizados en determinadas zonas
del cuerpo, tales como abdomen, nalgas, caderas, muslos, rodillas, tobillos, brazos, cuello y mejillas.

Previamente a esta intervención es recomendable preparar el tejido dérmico y subdérmico, para lo que se aconseja adoptar una dieta proteica con la que perder el exceso de peso si fuera necesario. Para conseguir reducir los tabiques fibróticos entre los adipocitos, se aconseja también un tratamiento con terapia subdérmica mecanizada. Tras la intervención, es habitual la aparición de fibrosis, sobre todo en los puntos donde se introduce la cánula. Esta fibrosis puede ser debida tanto al edema como a la posible necrosis de grasa que no se haya llegado a extraer, o a la formación de túneles donde se organiza tejido cicatricial. Para la prevención de la fibrosis postquirúrgica conviene realizar drenaje linfático manual lo antes posible. Las sesiones pueden comenzar en el momento en el que el cirujano lo indique, aproximadamente a partir del cuarto o quinto día tras la intervención, aunque en ocasiones puede ser al día siguiente. Se recomiendan alrededor de 10 a 12 sesiones, diarias durante la primera semana y posteriormente una o dos veces por semana. El uso de ultrasonidos disminuye la inflamación

y la viscosidad del medio intersticial, por lo que, utilizados tras dos semanas de la intervención, ayudan a la reabsorción del edema y a disminuir la fibrosis y los hematomas. Además del drenaje linfático manual, la presoterapia es un buen complemento a utilizar a partir del segundo día si así lo autoriza el cirujano, preferiblemente con equipos que permitan regular la presión por segmentos y elegir programas adecuados a cada caso. Otras posibles herramientas son la endermología y masaje de fricción, que puede movilizar acúmulos grasos y fibrosis mientras no se movilice la piel en exceso durante las primeras semanas, y la radiofrecuencia dual, que se puede utilizar a partir del tercer mes para mejorar el aspecto externo de la piel del área tratada y para compactar el tejido dérmico estimulando la formación de colágeno y elastina.



Cirugía mamaria

La cirugía mamaria es la intervención más común entre las mujeres, ya sea una mamoplastia de aumento, una reducción mamaria o una pexia (levantamiento de pechos caídos). Sea cual sea su abordaje quirúrgico, se produce rotura de tejidos (glandulares, musculares y cutáneos) y alteración de la irrigación sanguínea tras la electrocoagulación de los pequeños vasos sangrantes durante la intervención.


Previamente a la cirugía se aconseja abandonar el hábito tabáquico, pues es muy importante la correcta oxigenación del tejido manipulado. Además, garantiza la correcta cicatrización no sólo de las estructuras internas, sino también de la piel, evitando dehiscencia de suturas, cicatrices anchas, etc. También es aconsejable preparar la piel con un tratamiento nutritivo en cabina. El tratamiento postoperatorio va encaminado a la reabsorción y evacuación del edema postquirúrgico, el cual se acumula alrededor de las mamas y provoca una tensión muy molesta para la paciente. Después de la cirugía, cuando el cirujano lo considere, se iniciará tratamiento con drenaje linfático manual, realizando finos movimientos en lugares muy concretos de la anatomía de la mama y de la axila. Con estos drenajes conseguiremos desaturar el sistema linfático de sustancias de desecho, así como favorecer la eliminación de los fármacos utilizados durante la cirugía. Podemos complementar con la técnica de inducción miofascial, de gran poder relajante que trabaja esencialmente sobre el tejido fascial mamario, tan importante para el movimiento de los músculos, los órganos y la piel: mediante una sincronización entre las manos del profesional y la respiración del paciente lograremos movilizar tejidos profundos, que ayudarán al correcto asentamiento de las prótesis mamarias y a la formación de una cápsula de calidad. También podemos utilizar el vendaje neuromuscular, que consiste en la colocación de unas cintas adhesivas con unas direcciones y tensiones muy delimitadas dependiendo de la zona del cuerpo que se quiera incidir, proporcionando una mejora del edema de las mamas, de las cicatrices, y del movimiento implante-músculo pectoral, tan importante para que el resultado sea natural.



Abdominoplastia

La cirugía del abdomen es un procedimiento quirúrgico complejo de reconstrucción de la pared abdominal, que consta de la eliminación del exceso de piel y grasa (dermolipectomía), reposición de los músculos rectos anteriores de la pared abdominal, cierre cutáneo a nivel infraabdominal y recolocación del ombligo. Se puede acompañar de la liposucción de los flancos. Antes de la cirugía se aconseja una preparación de 3 a 4 meses. En el caso de que haya sobrepeso, se pauta un tratamiento dietético personalizado, preferiblemente una dieta proteica, para reducir materia grasa. Es fundamental la reducción del hábito tabáquico, porque el consumo influye de forma negativa en la proceso de cicatrización. También conviene realizar un tratamiento reafirmante con radiofrecuencia corporal, logrando un aumento de la circulación de la zona que permitirá mejorar el metabolismo, aumentar la formación de nuevo colágeno, y disminuir líquidos y toxinas. El número de sesiones que se recomienda es de 4 o 5, con una pauta cada 15 o 20 días.

Se aconseja asimismo hidratar al máximo la piel del abdomen para favorecer así la cicatrización. Hoy en día ya no se entiende la abdominoplastia sin un tratamiento posterior de drenajes linfáticos, que pueden ser manuales o mecanizados. Se recomienda comenzar a los 15-20 días después de la cirugía, y realizar primero drenajes linfáticos manuales, debido a la inflamación y mayor sensibilidad de la zona que hay inmediatamente después de la cirugía. De esta manera se consigue la activación del líquido acumulado en los tejidos, mejorando así el edema y la inflamación posterior, y creando una sensación de bienestar gracias al efecto neurosedante de este tratamiento. Pasados dos meses se puede seguir con los drenajes manuales o pasar a la presoterapia, que realiza un drenaje linfático mecanizado mediante unas botas neumáticas que van realizando presión a diferentes niveles, consiguiendo también la eliminación del líquido acumulado. Para acelerar la cicatrización y mejorar el aspecto de las cicatrices, se recomienda un tratamiento tópico con cremas regenerantes-eestructurantes cutáneas hasta seis meses después de la cirugía.

Dra. Cristina de las Heras y Dra. Eva Hidalgo

Co-directoras de H&H Medicina Estética
http://www.hhmedicinaestetica.es/

miércoles, 1 de octubre de 2014

Origen y fin de la melanina

Aclarar la piel se ha convertido en una tendencia peligrosa ya que en muchas ocasiones se consigue mediante la aplicación de productos no regulados. Este uso puede conllevar la aparición de trastornos tan graves como la Ocronosis o el síndrome nefrótico.

Como ya se ha explicado, la pigmentación de la piel se debe a la melanina, responsable del color de las diferentes razas. La formación de melanina o melanogénesis tiene lugar en los melanosomas, en el interior de los melanocitos, situados en la capa basal de la epidermis. Este proceso está regulado por los rayos ultravioleta, por estímulos hormonales y por factores hereditarios. La melanina también proporciona protección frente a los efectos nocivos de las radiaciones UV. Las hiperpigmentaciones pueden ser producidas o agravadas por diferentes factores, tanto externos (fármacos fotosensibilizantes, cosméticos, rayos ultravioleta,…) como internos (trastornos ginecológicos, hipofisarios, hepáticos, tiroideos, suprarrenales, perimenopausia, estados carenciales, etc.).

¿Cómo se produce la despigmentación cutánea?
La despigmentación cutánea se consigue mediante el uso de fármacos, que inhiben la formación de nueva melanina, o con tratamientos queratolíticos (químicos o físicos), que reducen el número de queratinocitos impregnados de melanina (el peeling químico es uno de ellos).
Los principios activos más conocidos y utilizados para la despigmentacióncutánea son:

Fenoles: poseen actividad tóxica sobre los melanocitos.
Hidroquinonas: agente despigmentante más conocido. Actúa bloqueando la tirosinasa, la enzima que controla la formación o síntesis de melanina dentro del melanocito. Además, puede incrementar la degranulación de los mastocitos interrumpiendo la producción de nuevo pigmento. Se suele emplear en concentraciones del 2-3%, ya que con concentraciones mayores se incrementa su potencial de irritación. La acción de colorante es débil; sólo se pone de manifiesto después de varias semanas de aplicación y desaparece cuando se deja de aplicar el producto. Se suele asociar a otros aditivos también despigmentantes.
Ácido Ascórbico: su efecto despigmentante es difícil debido a su inestabilidad molecular; además de inhibir la tirosinasa, reduce la dopaquinona a dopa, lo cual dificulta también la formación de melanina. Se emplea a dosis de 2-3%.
Ácido Azelaico: con actividad antitirosinasa capaz de impedir la síntesis de melanina, se le considera responsable de la despigmentación causada por Pityrosporum. La legislación cosmética permite su empleo en concentraciones inferiores al 10%. Habitualmente se formula con ácido glicólico. Se suelen utilizar sus derivados, como la azeloglicina, ya que el ácido azelaico es difícil de incorporar a un cosmético al ser su punto de fusión alto.
Ácido Kójico: inhibe la tirosinasa mediante quelación del ión cobre de esta enzima. Este compuesto se obtiene del líquido fermentado de los hongos Aspergillusoryzaey Penicillium. En las formulaciones se añaden antioxidantes, como el ácido ascórbico. También bloquea la radiación solar.
Otros: Ácido Elágico al 1%, Ácido Cafeico al 2%, EDTA entre 3 y 4,5%, Niacinamida, Arbutina, Ácido Tartárico, procedente de la uva, Ácido Mandélico, procedente de las almendras amargas, Ácido Málico, procedente de las manzanas verdes, Ácido Láctico, que se obtiene de la leche fermentada, Ácido Glicólico, que se obtiene principalmente de la caña azucarera, la piña y las uvas y Ácido Retinoico, que normaliza la queratinización y la actividad de los melanocitos.


Debemos diferenciar claramente los tratamientos dirigidos a controlar la formación de nueva melanina de los tratamientos aclarantes cutáneos. Ambos se utilizan para la corrección de hipercromías faciales y corporales delimitadas. Sin embargo, estos últimos se emplean también con otros fines controvertidos.

El lado oscuro de los tratamientos aclaradores
Desde hace unos años se observa una tendencia creciente a la utilización de métodos blanqueadores no sólo para corregir las hipercromías sino también para aclarar pieles genéticamente oscuras. El uso de productos despigmentantes constituye una práctica extendida entre la población de los países del África subsahariana, la mayoría mujeres de clase media, que tienen como finalidad alcanzar un tono claro de la piel relacionado a una mayor belleza y un mayor estatus social.
Estos productos se adquieren a bajo coste en cualquier mercado, peluquería o salón de belleza. Existe gran difusión en las redes sobre cómo se preparan y utilizan por parte de personas inexpertas, no sanitarias y sin ningún rigor científico. Están compuestos por corticoides de alta potencia, hidroquinona a altas concentraciones, agentes cáusticos, derivados del mercurio, la mayoría combinados entre sí. Una de las consecuencias de su uso es la aparición de Ocronosis.
La Ocronosis es un síndrome causado por la acumulación de ácido homogentísico en los tejidos conectivos, muy asociado a la Alcaptonuria (se ha observado que este síndrome suele aparecer después de la aplicación de hidroquinona y de productos con resorcinol, fenol y mercurio, todos ellos empleados con fines despigmentantes). La Ocronosis exógena se debe a la administración de medicamentos que inducen a la formación de este metabolito que se acumula en la dermis papilar. Se presenta como manchas amplias, asimétricas, de color marrón a gris en la cara, cuello, espalda y es más frecuente en las personas de piel morena y negra.
La Ocronosis no depende de la concentración de hidroquinona, sino del uso prolongado de ésta. Se debe suspender el tratamiento para evitar la progresión de la mancha, ya que no existe un tratamiento útil para la misma. La hidroquinona es un derivado bencénico que bloquea la síntesis de melanina. Su uso debe ser inferior al 2% para evitar que ocasione irritación cutánea. En la fórmulas "secretas" suele estar en concentraciones superiores al 5% y puede llegar a actuar como carcinogénico, producir dermatitis irritativa o alérgica de contacto, telangiectasias, atrofia, acné y gran fotosensibilización cutánea. Además, como consecuencia del uso de corticoides tan potentes para contrarrestar los efectos irritantes de la hidroquinona, surgen estrías por atrofia cutánea, discromías, aumento del vello facial, acné inflamatorio y aumento a la susceptibilidad a infecciones cutáneas. También se debe tener en cuenta que su absorción es sistémica y que tiene efectos en otras patologías.
Por otra parte, la absorción sistémica de los mercuriales, que son usados como jabones o cremas, produce síndrome nefrótico y alteraciones neurológicas centrales (insomnio, trastornos de la memoria, etc.) y periféricas (neuropatía desmielinizante). El uso de mercurio se encuentra actualmente prohibido en los cosméticos dentro de la Unión Europea. El Peróxido (agua oxigenada), hipoclorito sódico y otras sustancias de origen desconocido, también se suelen encontrar en estas cremas de dudoso origen.
En el año 2011, la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Productos de Salud (AFSSAPS) y la Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes (DGCCRF) lanzaron una campaña de información al público tras comprobar que en los análisis efectuados en más de 160 productos no autorizados por Sanidad, se encontraron proporciones elevadas de elementos no conformes con la reglamentación y peligrosos para la salud. Estos dos organismos recomendaron a los usuarios que no recurrieran a la despigmentación o aclaración voluntaria y que, en el caso de hacerlo, si percibían efectos indeseables, consultaran con un médico.
Permanentemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de los peligros del consumo de productos no regulados, aplicados en la clandestinidad, que contienen cantidades de mercurio entre sus activos para variar la pigmentación de modo irreversible (una tendencia que se ha convertido peligrosamente en un movimiento ideológico, extendido sobre todo entre las mujeres negras, movidas por unos cánones de belleza irreales).

Tipos de hipercromías

Pecas o efélides: manchas localizadas en la piel expuesta al sol, causadas por un número normal de melanocitos que crean una cantidad anormal de pigmento.
Nevus o lunares: manchas oscuras congénitas o adquiridas que no varían con la exposición solar, sino que se deben a un acúmulo de melanocitos.
Melasma: enfermedad adquirida, caracterizada por manchas simétricas de color café en las áreas de exposición solar (mejillas, frente, labio superior). Aparece con más frecuencia en pieles oscuras y el 90% de los afectados son mujeres. Para tratarlo es importante conocer su categoría: melasma epidérmico, dérmico o mixto.
Manchas seniles: parecidas a las pecas, pero no se aclaran durante el invierno.
Hiperpigmentaciones postinflamatorias: surgen tras quemaduras, erosiones de la piel, lesiones de acné, etc.

Dra. Cristina de las Heras

Medicina Estética y Antienvejecimiento